¿Qué es la psicoterapia transpersonal?


La psicoterapia transpersonal es un proceso de auto-conocimiento que, como su propio nombre indica, traspasa o supera la propia personalidad (o ego). El término “transpersonal” significa literalmente “más allá de la persona” o “más allá de la personalidad” y hace referencia a algo superior a nosotros que se manifiesta a través de nosotros y a través de todo cuanto nos rodea.

Desde la perspectiva de la psicología transpersonal, la persona consta de cuatro dimensiones: corporal, mental, emocional y espiritual. Esto, en culturas orientales hace siglos que lo tienen claro, sin embargo, en occidente no hemos prestado atención alguna a la dimensión espiritual del ser humano. De hecho, durante algunos siglos, no contemplamos siquiera su existencia.

La terapia transpersonal se centra en ayudar a la persona a trascenderse a sí misma, a tomar conciencia de los patrones condicionados de comportamiento y pensamiento que conforman su personalidad, a observarlos y darse cuenta de que no solo es “eso”. En este sentido, el aumento de conciencia es uno de los objetivos de este tipo de terapia, pues no se puede cambiar nada de lo que uno no es consciente. Otro de los objetivos, relacionado con el anterior y principal, es el de poner en contacto a la persona con la conciencia superior a partir del desarrollo de su “conciencia testigo” (o el SER), es decir: aprender a ponerse en el lugar del observador de su propia historia mental, emocional y experiencial para poder relativizar y comprender desde otro nivel de conciencia.



Pongo muchas veces este ejemplo, pero es que es muy visual y clarificador. Imagina por un momento que te encuentras perdido en un bosque y no sabes hacia dónde dirigirte para poder salir de él. Seguramente, si buscas una montaña o algún lugar un poco más alto que el lugar donde te encuentras ahora podrás divisar mejor todo el paisaje, tomar perspectiva, lo cuál te ayudará a encontrar el camino de salida.

Las herramientas de las que se vale la terapia transpersonal son técnicas que van más allá de la palabra hablada, como la meditación, la visualización creativa, técnicas energéticas o  terapias regresivas. Sin embargo, dado que la psicología transpersonal acepta la validez de todas las escuelas psicológicas anteriores puede valerse también de prácticas y técnicas pertenecientes a estas corrientes siempre que le ayuden a su cliente a avanzar en el camino hacia la conexión con su ser y su desarrollo consciencial.

Desde este punto de vista, el terapeuta transpersonal es solo un acompañante para la persona en su viaje hacia el centro de sí mismo para conectarse con su ser y acceder a la sabiduría interior que todos llevamos dentro.

El efecto de la terapia transpersonal en la persona se manifiesta, sobre todo, como una expansión de su consciencia, que la lleva a saberse como un ser espiritual, y no solo como un ser mental, emocional y físico. Esto le permite contemplar todas sus vivencias desde una perspectiva más elevada del nivel en el que se manifiestan y, con ello, trascenderlas, no quedarse atrapado en el dolor que pueda sentir en ellas, y ver más allá, vivirlas como manifestaciones de un aprendizaje continuo hacia un propósito más profundo y elevado: la evolución de su ser.

Cuando comprendemos desde un nivel profundo que todo lo que vivimos, aunque sea calificado como “negativo” por nuestra personalidad, tiene un regalo intrínseco para nosotros y un aprendizaje, ya nunca volvemos a vivir las dificultades del mismo modo:


“Todo lo que nos sucede en la vida tiene un significado profundo, un por qué y un para qué. Podemos abrir los ojos y ver, o seguir dormidos eternamente”.



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