ANSIEDAD Y DESPERTAR DE CONCIENCIA (II)

ANSIEDAD Y DESPERTAR DE CONCIENCIA (II)

¿Por qué digo que la ansiedad fue mi aliada?

La ansiedad es un aviso, una llamada de atención para que mejores tu vida interior, para que abras los ojos y veas que algo dentro de ti no anda bien, para que escuches lo que tiene que decirte (pues siempre trae algunos mensajes), lo aceptes y te responsabilices de ti mismo.

Cuando comencé mi despertar de conciencia, me di cuenta de que en cada uno de nosotros hay una esencia (el SER) que quiere salir a la superficie pero no puede porque creemos que el EGO (lo que solemos llamar “personalidad”) nos define y en cierta manera es así pero también nos limita de muchas formas. Nos identificamos tanto con este personaje que hemos ido creando a lo largo de nuestra vida que creemos que solo somos eso y negamos ciertas partes de nosotros que necesitan expresarse y que, a veces, son opuestas a aspectos que consideramos que forman parte de nosotros de forma irrenunciable. Entre estas cosas que creemos que nos definen, están:

-          Nuestros sistemas de creencias

-          Nuestros patrones de comportamiento (condicionados por nuestras creencias).

-          Cualidades y “defectos” que consideramos propios.

-          Voces interiores (subpersonajes).

Estas cuatro cuestiones dan para otros posts diferentes, pero lo cierto es que cada crisis vital (en este caso, el trastorno de ansiedad) nos obliga a revisar todo esto (entre otras cosas) para que podamos evolucionar como personas.

Un ejemplo bastante gráfico es la transformación de oruga en mariposa.

Evidentemente, el EGO (personalidad) se resiste a los cambios porque necesita seguridad y control. No hay más que ver cómo la tónica de esta sociedad en la que nos ha tocado vivir es la búsqueda de la seguridad: un trabajo para toda la vida, una pareja para toda la vida, una casa para toda la vida, unos amigos para toda la vida… Una seguridad que, por otro lado, es ficticia. Porque la realidad es que el universo es cambio, es transformación constante, y nosotros, como parte del universo, no estamos exentos de estos cambios.

La resistencia del EGO a la transformación se expresa en nosotros a través de los miedos: miedo a sufrir, miedo a ser como soy, miedo a perder el trabajo, miedo a quedarnos sin pareja, miedo a morir… Y al final, vivimos con tantos miedos que, en realidad, no estamos viviendo. Estamos sobreviviendo.

Es difícil saber qué mensajes tiene la ansiedad para ti, eso solo lo puedes saber tú mismo, pero seguro tienen que ver con alguno de los aspectos mencionados al principio de este post. Lo único que tienes que hacer es escucharte, pasar tiempo contigo mismo, meditar, convertirte en observador de tus propios pensamientos y creencias y dejarte sentir lo que sea que estés sintiendo:

Si te sientes triste, permítete sentirte triste. Si te sientes enfadado, permítete sentir ese enfado. Si te sientes vacío, abraza ese vacío con todo tu amor.

Solo podemos transformar aquello que aceptamos. La lucha no nos lleva a cambiar nada. Así que no intentes luchar contra tus síntomas, siéntelos.  

Cuanto mayor es la ACEPTACIÓN, más rápida es la TRANSFORMACIÓN.

¿Por qué ocurre esto?

¿No te has fijado que cuando tu mente tiene el foco puesto en algo, parece que te encuentras ese algo en todas partes?. Yo estuve un tiempo pensando en construir un sofá y una mesa para la terraza con palés y, de repente, como por arte de magia, me encontraba palés por todas partes: en la calle, a la puerta del supermercado, en el bazar de los chinos de debajo de mi casa… ¡Parecía que los palés se habían multiplicado!

Esto es porque donde pones tu foco de atención, estás poniendo gran parte de tu energía. Donde pones tu energía (lo que sea) se expande.

Cuando luchamos contra algo lo que estamos haciendo es poner gran parte de nuestra energía en ello, y al final, lo que conseguimos es lo contrario de lo que pretendíamos que era terminar con ello. Lo que conseguimos es que se haga más grande. Y es un círculo vicioso del que nos resulta difícil salir.

Por eso, no luches. Simplemente, acepta, y los cambios vendrán solos. Te lo prometo.