¿POR QUÉ TENGO ANSIEDAD?


¿POR QUÉ TENGO ANSIEDAD?

Los ataques de pánico o ansiedad se presentan para hacernos llegar algunos mensajes. Son señales de nuestro ser interior informándonos de que algo no anda bien dentro de nosotros. Como cualquier enfermedad o dolor crónico, siempre nos traen información para que les escuchemos, nos escuchemos, y realicemos los cambios oportunos en nuestra forma de ver y estar en el mundo.

Por mi propia experiencia, puedo afirmar que sólo cuando llegamos a pararnos, a escuchar los mensajes y realizar los cambios oportunos, los ataques de ansiedad se desvanecerán. No antes. No luchando contra los síntomas o haciéndolos desaparecer o callar con medicación.

Tomamos pastillas porque necesitamos curarnos ya,  porque no queremos sentir los síntomas en nuestro cuerpo, porque son incómodos, porque no nos dejan seguir llevando el ritmo de vida habitual ni los quehaceres diarios. Pero, paradójicamente, el ritmo de vida que llevamos y nuestra forma de afrontar lo que nos ocurre suelen ser ya generadores de ansiedad. Y así, entramos en un bucle del que es difícil salir.

Vivimos en una sociedad enferma, que nos empuja a vivir a un ritmo hiper-acelerado, sintiendo que tenemos la obligación de llegar a todo, y además, estar al 100%. Al mínimo síntoma de enfermedad, nos acostumbramos a “tomar la pastillita” para poder seguir al 100% cuanto antes. Queremos resultados rápidos, que nos solucionen los problemas ya.

Y sintiéndolo mucho, nuestra naturaleza va por otro lado. No somos máquinas, somos seres físicos, mental-emocionales y espirituales. Nuestra alma necesita nutrirse, aprende despacio y sana despacio. De manera procesual, cíclica y en espiral.  Y si comenzamos a andar en contra de nuestra naturaleza, lo cuál es muy común en la sociedad occidental, nuestro ser va a llamarnos la atención sobre ello. No hay otra. Hasta que le escuchemos.



La ansiedad es una llamada a un cambio interno, a evolucionar, a desarrollarnos, a cambiar patrones de pensamiento, conducta e interpretación del mundo que nos rodea. Sin este cambio interno (y por ende, externo), la ansiedad volverá, más tarde o más temprano, a recordárnoslo.   

Para cada uno, los mensajes que trae la ansiedad a su vida, pueden ser distintos. Y esto, solo lo puede saber uno mismo, escuchándose, mirando hacia su interior, sin miedo a aceptar lo que sea que encuentre.

Algunos de los mensajes que tu ansiedad puede estar intentando transmitirte son:
  • -      Me siento diferente a los demás.
  • -         No soy capaz de gestionar mis emociones.
  • -         Hay heridas en mi interior que no han sanado (ausencia afectiva en la infancia, sobreprotección…).
  • -         Soy muy sensible a determinados ambientes y estos me afectan más que a otras personas.
  • -         Deja de querer salvar el mundo y comienza a salvarte a ti mismo.
  • -         Deja de querer controlarlo todo.
  • -         Miedo a vivir/morir.
  • -         Deja de querer agradar y complacer a los demás y comienza a amarte.
  • -         Escúchate a ti mismo.
  • -         Tienes derecho a mostrarte débil, vulnerable y cometer errores.
  • -         Deja de intentar racionalizarlo todo. Escucha a tu corazón.
  • -         Cuídate.

Un proceso terapéutico que nos ayude a indagar en nuestro interior es fundamental. Herramientas como la meditación o la escritura terapéutica son muy útiles para comenzar a investigarnos, a tomar conciencia de nosotros mismos y desarrollar la capacidad de auto-observarnos con cierta distancia para poder comenzar a entender.

Comentarios

  1. Hola Carolina! que interesante lo que expones sobre ansiedad, de alguna manera y en diferentes niveles nos toca a todos en los tiempos de hoy.

    En mi caso me siento identificado con sentirme diferente a los demás, cuestión que me llevó dedicación aceptarme tal cual soy sobre todo en la adolescencia, y también el hecho de ir tras un resultado y a veces descuidar el camino. Que importante es mirar hacia adentro.

    Muchas gracias por tan buena información. Abrazo grande.

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  2. Muchas gracias Pablo, me alegra que te aporte lo que escribo, y gracias por comentar. Siempre es de agradecer tener feedback y sentir que alguien al otro lado conecta con lo que intentas transmitir. Un abrazo grande!

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  3. ¡Gracias por tu articulo Carolina!

    Coincido contigo en que la ansiedad es una señal que nos informa de que tenemos que parar a escucharnos a nosotras mismas, que escuchemos que dialogo interno tenemos con nosotras mismas, etc.

    Muchas veces, ocurre que nos enviamos mensajes automáticos con una importante carga negativa, los cuales no nos paramos a analizar ni a cuestionar, los damos por validos y seguimos adelante con nuestras vidas. Sin embargo, el no pararse a escucharse a una misma acaba "pasando factura" y acaban apareciendo síntomas que nos indican que algo no va bien.

    Como tu bien comentas Carolina, el primer paso para que la ansiedad disminuya es parar a escuchar que mensajes nos estamos transmitiendo y ver si estos mensajes son objetivos o no lo son, ver si estos mensajes nos ayudan a avanzar o si por el contrario nos paralizan y nos limitan en nuestro día a día.

    Gracias por compartir este articulo Carolina!

    Un abrazo,

    Haizea

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  4. Hola Haizea, muchas gracias por tu comentario! es bueno saber que lo que escribes resuena con personas al otro lado. Un abrazo y gracias por ser y estar!

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  5. Hola Carol, tu artículo da en el clavo en una necesidad fundamental en nuestro tiempo. El que aprendamos a escuchar el "mensaje" que la ansiedad nos trae. Como una voz que nos avisa. Como nuestro timbre de emergencia. Como señal de aprendizaje...

    Hace meses escribía un artículo con un cuento inventado sobre este mensajero llamado ansiedad y que no queremos escuchar. Siento mucho paralelismo entre lo que sentí al escribir el relato y ahora al leer tu artículo. Te dejo enlace:
    https://interserediciones.com/cuento-comprender-la-ansiedad/

    Un abrazo y todo mi apoyo con tu/nuestra función de mostrar la necesidad de escucharnos profundamente.

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  6. Gracias Nacho, me paso por tu blog para leer tu cuento. La verdad es que este tema me interesa y mucho. Yo lo padecí durante más de un año y medio, y sé por propia experiencia lo difícil que es saber qué hacer en esas circunstancias. A veces, como en mi caso, ni el psicólogo sabe muy bien qué hacer ni qué decir. Un abrazo y mucho apoyo también para ti. Es una labor muy bonita la que haces. Y muy necesaria, como bien dices.

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